Penélope tejía, tejía, tejía y seguía tejiendo todo el día...
esperaba,
y mataba el tiempo tejiendo, y por la noche,
destejía lo tejido durante el día, quizás para no quedarse sin lana
y tener que darle vueltas a la cabeza sin nada que tejer....
sin nada con lo que atarse corto el pensamiento.
Yo cuento guisantes, uno, dos, tres, cien.... y me equivoco y empiezo una nueva cuenta en el mismo sitio donde la pierdo... espero....
Y si no hay guisantes, sumo, resto, apunto, miro y espero.
P.D.: Un poco de nada, un poco de mucho... días en calma.