Imperdonable mi desprecio hacia el lujo portugués... prejuicios... Con lo que a mi me gusta un lujo... pero lujo antiguo, que en cuanto el dinero nuevo hace su aparición todo lo convierte en grifos de oro y cochazos deportivos rojos, y señores y señoras que un Chanel les queda como a un cristo dos pistolas... el horror.
A partir de ahora visitaré al menos un palacio cada vez que pise Portugal.
Este que os muestro hoy el el archiconocido Palacio de Pena en Sintra, ciudad que alberga numerosos palacios y, por lo que he podido investigar, todos merecen una visita.